¡Buenas!
Aún no estoy en China (salgo mañana martes, llego pasado miércoles
xD) pero ya que tengo el blog abierto, pues vamos a escribir algo, ¿no?
No os voy a aburrir contándoos lo divertido que es preparar
la maleta. Total, siempre me dejo algo y
la lista que voy tachando mientras controlo con vista de águila todos los
objetos de la cama, acaba demostrando su inutilidad. De lo que me gustaría
hablar en este post es de aquella parte
de nosotros a la que le gusta viajar,
nuestra parte aventurera o, como yo la llamo, nuestro yo nómada.
A casi todo el mundo le gusta viajar. Por supuesto, existen excepciones…. como los amish de aquella película que no salían ni a tiros al bosque, ni para comprar una
mísera aspirina. Pero bueno, centrémonos en las personas normales. Cuando la
gente tiene tiempo (vacaciones) y dinero (ahorrado), se lo gasta en viajes. Ejemplo:
- Pues sí, cari y yo nos vamos al norte, a
Asturias. Hemos oído que hay verdes praderas y playas ocultas donde ver el
ocaso desde la cueva prohibida en medio del acantilado milenario.
Claro. No te irás Juslibol, ¿verdad que no? A todos nos
gusta lo desconocido, donde la sorpresa y el asombro todavía son posibles.
Viajar nos estimula, nos hace ver nuestro yo real y nos predispone a vivir y a
observar los lugares de otra manera. La pregunta es, ¿cómo de insaciable es vuestro
yo nómada?
Por mi parte, os presento al mío. Es el que lo quiere ver
todo. Es el que toma el control cuando surge alguna oportunidad de viajar, el
que baja la mano cuando la beca ofrecida no supone un reto y la levanta cuando el
destino es exótico y desconocido. Es el que escribe las líneas de este blog.
No me malinterpretéis. Me encanta mi país, mi familia y mis
amigos. Pero me gustan, en la manera de un lugar al que siempre volver, lo que se
podría llamar hogar. El problema es
cuando la rutina y los hábitos comienzan a invadir mi alrededor, alimentando un
sentimiento de inquietud que va creciendo poco a poco hasta convertirse en el
detonante (o para el caso, un cóctel molotov) que el yo nómada usa, sin dudarlo
ni un poquito, para sacudir mi mundo de arriba abajo.
En definitiva, me gusta viajar. No para ver lugares y hacerles fotos (eso lo
puedes hacer con google maps o google earth), sino para sumergirme en ellos.
Comenzando por su cultura, pasando por sus costumbres y tradiciones y acabando
por sus personas. Y en cuantos más lugares esté, más aprenderé. A fin de
cuentas, el mundo es como un libro, y aquellos que no viajan leen sólo la
primera página.
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