jueves, 20 de diciembre de 2012

Burocracia


Buenas a todos!

Por fin funciona la VPN y puedo acceder de nuevo al blog :D! No entraré en detalles, tan sólo diré que esto es Espar China, y la censura es algo con lo que tienes que vivir (junto con la comida picante, la canción que suena 24 horas en el Carrefour y con las pistas de hielo que son ahora las aceras de la calle).

Hoy os hablaré de la burocracia china. No la que existe en los grandes edificios donde tienes salas de espera y pantallas que muestran el estado de la cola. Me centraré en la pequeña oficina de registro policial que existe en el complejo donde vivo, acaudillada por la hermana malvada de Justin Bieber y una mujer con unos pelos grises de loca cuya única fuente de visión es un ojo diabólico que utiliza para intimidar (el otro se lo tapa la melena).

He tenido que ir tres veces: cuando llegué a Beijing, cuando acompañe a mi amigo Ilán y el otro día cuando mi compañera de piso tuvo que renovar su visado.  La cuestión es que cada vez que cambias los papeles, tienes que re-registrarte. Así que vayamos por rondas, y observáis la evolución del proceso.

Ronda 1

Fuimos todos juntitos. Los cuatro nuevos internos que llegamos a Beijing + nuestro amigo Ilán + la falsa esperanza de que el Chino que habla nuestro amigo nos iba a servir de algo. Al entrar, pensé que no cabríamos todos en aquel zulo. Hubiera sido mejor plantar la oficina en una de esas cabinas de teléfono rojas británicas, donde la gente se hace fotos con el teléfono descolgado y cara de "antes no tenían iPhones y usaban estos artefactos".  Anyway, la bienvenida no pudo ser más calurosa: un gruñido por parte de la hermana malvada cuarentona de Justin Bieber (os prometo que era igual) y la mirada demente de la loca del pelo del gris cuyos padres, todo sea dicho, fueran probablemente la señora Hidra y el señor Basilisco.

No relataré todo el proceso porque sería aburrido y lento. Sobre todo cuando utilizaban para fotocopiar lo que podría haber sido una máquina del tiempo porque, pese a no tener muy claro si permitía realizar viajes temporales, estoy de que el aparato estaba fabricado en los años 90.  En uno de los momentos de aburrimiento noté como entraba un hombre que se parecía a alguien de una película y aguardaba en la otra punta de la habitación, a 30cm de nosotros (ya os digo que era muy pequeña).

Cuando parecía que ya íbamos a acabar, las cosas empezaron a ponerse divertidas.

- Salid todos de la oficina - dijo la loca de los pelos en chino, hablando de su antro como si del Palacio de Buckingham se tratase - menos tú, tú y tú.

Ni qué decir que yo fui uno de los "tú" afortunados.

- Shi Ban Ya shen me shen me!! - gritó el panadero de la película "La Bella y la Bestia" (sin barba, claro), hasta ahora calladito en la esquina, y con los mofletes rojos como tomates.

La cosa se animaba, y dos minutos de gritos, gruñidos y miradas pertubadas de las dueñas del cubículo hacia el misterioso nuevo concursante, nos bastaron para saber que él también estaba jugando a "regístrate-como-puedas".

- Creo que es vuestro casero - nos dijo Ilán a Paula y a mí - Y creo que tenéis problemas porque sois extranjeros y estáis viviendo en el mismo piso un hombre y una mujer y no estáis casados.

¡Habráse visto! Todos a la hoguera. Estuve incluso tentado de confesar que tenía un blog y que merecía que me arrestaran allí mismo. Al final, nos dieron un papel que tuvimos que firmar.  Ellas sonrieron (breve y fugazmente) y mi compañera de piso y yo quedamos oficialmente casados. Aún así, el panadero no dejaba de chillar, y yo tenía ganas de decirle que no estaba el horno para bollos. Y Miguel y Jorge esperaban fuera, mirando por la ventana, y yo les sonreía en plan "pues acabáis de ver una boda :D!".

Al final nos fuimos todos a la oficina, sin pasaportes y con la sensación de no habernos registrado correctamente. Sonreí a mi supuesto casero: pobre hombre estaba alterado y ahora su cara parecía un único moflete, rojo. Me quedé con las ganas de decirle que las cucarachas que salen de fiesta en mi baño por la noche le mandaban recuerdos.

Ronda 2

Muy rápida: mi amigo Ilán y yo. Le acompañe a registrarse. Se puso a hablar en chino con la loca de los pelos:

- Vengo a poner los papeles en regla. Piso 115, puerta 328.
- Karl? - le dijo ella, con la misma cara que pondría la madre de Marco si lo hubiera encontrado en el primer episodio.
- No, Karl era el antiguo intern sueco, ahora estoy yo.
- Ok, hay que actualizar el registro

Tonto de mi, miré al ordenador que tenían en un rincón, para ver cómo actualizaba la base de datos. Pero ella pasó de largo, y sacó un archivador lleno de papeles. Buscó la página adecuada, encontró la fila y columna correctas y asintiendo para sí misma dijo: "Karl". Y entonces, más de 50 años de evolución tecnológica decidieron no aparecer cuando la mujer dio la vuelta al lápiz y borró con la gomita trasera el nombre del sueco para escribir "Ilán". A continuación, con la misma ceremonia que un maestro samurai entregando la katana a su aprendiz, sopló los restos de goma del registro, dando por finalizada la actualización.

Os podrá parecer gracioso... pero a mí, como Ingeniero Informático, me pareció muchas otras cosas. Ninguna de ellas buena.


Ronda 3

La última. Paula se tenía que registrar nuevamente al haber extendido su visado, así que, como su compañero de piso (y marido), tenía que hacer acto de presencia en el registro.

Esta vez fuimos con Tang (sí, Tang como aquel zumo), un chico joven que trabaja en recursos humanos. Estaba ya medio cerrando los ojos al entrar para rehuir aquella mirada pretificante, cuando me di cuenta que algo había cambiado en la oficina: ahora el número de ojos que podían contarse en la habitación era par.  Y no es que hubiera entrado un tuerto, sino que la loca de los pelos estaba peinada, sonreía y te miraba con dulzura (y por primera vez, con perspectiva). Tomó los papeles, los fotocopió, sonrió, flirteó con el chico-zumo... yo no sabía qué pensar.

- Tang, qué esta pasando? Por qué sonríe? - pregunté inseguro.
- Ahhhh es que ahora es amable, le hemos dado regalos :).
- No entiendo. A qué te refieres?
- Regalos de dinero - me contestó con naturalidad.
- Ah, vale! - contesté yo también con toda naturalidad. Toda la que pude fingir mientras veía a la sobornada danzar por la oficina cantando.

No quise preguntar mucho más (cuanto menos sepa y escriba, mejor). Pero bueno, hay cosas que nunca cambian, incluso a 10.000 km de distancia. Espero no tener que volver muchas más veces, pero la próxima, os la cuento ;).

Un abrazo a todos!

domingo, 9 de diciembre de 2012

Chinese education


Buenas a todos!

El viernes no fui solo al trabajo. Me acompañaron el abrigo, los pantalones términos, bufanda, braga de cuello, guantes y el señor clima, que estaba generoso y decidió no bajar más de -9ºC. Todos juntitos de la mano caminando por Lize Rd. La verdad es que doy bastante la nota, sobre todo cuando los chinos van por la calle "con jerseys y a lo loco" y yo parezco el ovillo de lana que todo gatito de Brobdingnag[1] querría tener. Pero me da igual, yo voy calentito.

La cuestión es que de camino al curro pasamos por varios institutos, y todas (todas) las mañanas, los chinitos tienen lecciones de educación física en el patio. Si os pido que recordéis vuestros tiempos mozos cuando hacíais "gimnasia" en el colegio, probablemente os vengan a la mente recuerdos agradables, donde asociéis dichas sesiones a un regalo de los dioses, que caía de vez en cuando entre clase y clase de conocimiento del medio.

Claro, porque éramos 20 alumnos.

Aquí son 1200, así que pensad a lo grande. No creáis que juegan a "tu la llevas" o al "balón prisionero", porque no sería eficiente (además de un campo de batalla digno de cualquier videojuego actual). Aquí la cuestión es ejercitar físicamente a toda la chinada juvenil de un modo rápido y eficaz. Así que, ¿qué mejor manera que formar una matriz 100x12 de chinitos y gritar instrucciones a todos?
El resultado es el siguiente:



La toma no es de la mañana del viernes (no quería congelarme las manos mientras grababa), pero tenía un vídeo que hice hace un mes de camino al curro con mi amigo. Como podréis observar, la receta para que los alumnos "hagan gimnasia" es muy simple. ¿Ingredientes?:

- Niños (100 docenas de ellos)
- Altavoz con una canción que grita los ocho primeros números chinos.
- Vigilantes que se aseguran que todos los niños cumplan los movimientos


Esa es la receta original :D. Pero estoy seguro que versiones no oficiales de ésta, dotan a los vigilantes de látigos y aumentan la IA del altavoz desordenando de vez en cuando los números (y dando algo de trabajo a los vigilantes al mismo tiempo).

Incluuuso, puede que haya algún que otro francotirador de pelotas de goma en el tejado, no sea que algún niño salga gandul.

Para comprobar que no estoy loco, pregunté a mis compañeros de trabajo cómo es la educación aquí en China. Pero me contestaron que es maravillosa, como era de esperar (leed mi último post sobre "mianzi"). Pero entre conversación y conversación, salió a luz un tema que me dejó impactado: cómo los chinos aprenden a nadar. La historia me la contó una de mis compañeras. Tiene 28 años, es muy simpática y por su cara diría que fue cerdita en sus vidas anteriores (y que en esta se ha librado por muy poco).

Me contó que si eres niño en China, aprendes a nadar de la siguiente manera:
Primero, se ponen todos los niños en el borde la de piscina. Después, el "monitor" los empuja uno a uno al agua. Y al final, los niños aprenden a nadar.

- "¿Cómo? Quiero decir, ¿pero sabéis nadar cuando os tiran al agua?" - le pregunté, temiendo la respuesta. 
- "No" - me dijo tranquilamente.
- ¿Y no intentáis afferaros al borde?

Y entonces los demás compañeros asintieron a la vez. Con esa cara de sabiduría milenaria, la mismita que pone un alumno al hablar de una asignatura que ya ha aprobado.

- "Sí que lo intentamos, pero el monitor nos vuelve a empujar hacia el centro de la piscina con un bastón de madera"



Estuve un ratito callado, digiriéndolo. Ante la expectación de los demás por conocer el método hispano en la materia, les tuve que decir que nosotros también aprendemos así, más o menos. Pero sin bastón. Ellos se reían, y yo en mi cabeza me imaginaba a mi compañera de trabajo con 18 años menos, intentando no ahogarse en una piscina con 50 chinitos más.

Por otra parte, la labor del monitor debía de ser la más gratificante del mundo, sobre todo si querías optar al "premio a la negligencia instructiva". Vamos, no me veo yo empujando con un bastón a niños que me miran con caras donde la súplica se mezcla con la esperanza de llegar el borde. Antes preparo unos cuantos "poblemad dteto[2]"  a una clase de ingenieros. Tal vez así gane tal premio ;).


Aún así, decidí que los métodos de educación chinos son efectivos (por muy raros que parezcan).  Y si no, echad un vistazo al medallero olímpico de los últimos juegos.


En cualquier caso, si fuera un niño chino que quiere aprender a nadar, les hubiera pedido a mis padres que me dieran un óbolo para pagarme unas clases de natación en aquel río griego. Porque antes aprendo a nadar con el mismísimo Caronte, que con el señor monitor-del-bastón.


Saludos!


[1]: Para más información sobre Brobdingnag , léase "Los viajes de Gulliver"
[2]: Para más información sobre problemas reto, preguntad a los ex-alumnos de Ingeniería Informática de Zaragoza y los novedosos y eficaces métodos que uno de los profesores utilizaba ;).

domingo, 2 de diciembre de 2012

Mianzi

Buenas a todos!

Ya es diciembre, y hace frío. No un frío de "mmm menuda rasquilla que pega". Hace ese tipo de frío que nos obliga a correr y saltar cuando nos movemos de una casa a otra en el complejo donde vivimos. 
Por el ejemplo, el otro día el guardia de seguridad me vio volviendo a casa a altas horas de la madrugada. Normalmente nos saluda y nos cuenta su vida (y suena todo a chino). Pero ese día, a -8º + viento, lo único que vio fue al simpático español que compra manzanas en la tienda dando saltitos y gritando improperios del frío que tenía. Estoy seguro que piensa que los blancos que viven en Wangjing están todos locos.

Anyway, no vamos a hablar del frío en este post (tema que exprimo hasta la saciedad con mis compañeros de trabajo). Os voy a introducir un concepto de la cultura China que igual algunos no conocéis: mianzi.

Mianzi significa cara (rostro), literalmente. Sin embargo, el concepto "mianzi" es mucho más complicado y entrelaza otros conceptos como relaciones sociales, respeto, honor, credibilidad y confianza. Podéis ver el mianzi como algo que se va ganando y se va perdiendo. Y creedme cuando os digo que no hay nada peor para un chino que perder mianzi. O como se dice en inglés, "lose face". Para ellos perder cara significa perder credibilidad y confianza, seguido de un bullying social equiparable al que pueda sufrir un alumno de Slytherin con padres muggles.

"Bueno, ¿tan importante es el mianzi?" - pensaréis. Y la respuesta depende del tipo de persona que quieras ser. 

Por un lado, puedes tomar el camino cómodo amparándote en el hecho de que eres occidental, no entiendes (ni quieres entender) nada de esta cultura y no te importa humillar/gritar/insultar a un chino si con eso consigues lo que quieres. Personalmente, no recomiendo esta opción. Entre muchas otras cosas, porque no quiero ser como el grupo de españoles que la estaban armando el otro día en un bar: uno de los camareros intentaba pasar con dos cubos de basura entre las mesas, y tuvo la mala suerte de rozar al macho alfa del grupo de españoles. "Chino de mierda" le dijo escupiendo cada palabra con asco. Así, tal cual, gratuitamente. Y no mola. No, porque pude ver reflejado en la cara de mi amigo Miguel la misma vergüenza y decepción que sentía yo en aquel momento. No me malentendáis, no quiero decir que por culpa de un español caigamos todos en el mismo saco.  Pero sí es cierto que muchos necesitan un par (o cincuenta) lecciones sobre multiculturalidad antes de abandonar España. Y quizás, y sólo quizás, se lo piensen dos veces antes de gritar "chino de mierda" a un camarero en un bar en el centro de Beijing. Sobre todo cuando hay otros españoles en el bar que pueden entenderte, y están tomando unas cañas con sus amigos chinos.

Por otra parte, puedes tomar el camino difícil e intentar entender y adaptarte a la cultura. Eso sí, si juegas con mianzi prepárate para mentiras (una detrás de otra), falsos piropos, falsa modestia, frases que dicen una cosa cuando quieren decir lo contrario y olvídate de hablar claro y directo. Ah! y para más inri, si tienes la suerte de contar con el pack "Empatía premium", que te permite sacar información de lenguaje corporal y expresiones faciales, olvídate también porque no te va a servir de nada.

A modo de ejemplo, si estás perdido en Dongzhimen y quieres llegar a un centro comercial específico, puedes optar por preguntarle a un chino en la calle.

- ¿Sabes cómo llegar?
- Claro. Sigue recto, por allí... y después, giras hacia la derecha y deberías verlo :)
- Gracias!
- Gracias a tí!


Ahí te la juegas. Porque puede que el chino supiera realmente cómo llegar y te haya dado las indicaciones correctas (poco probable). O puede que se las haya inventado sobre la marcha para no perder cara.

Y así con todo. Diciendo que sí pero no haciéndolo, realizando críticas (siempre constructivas y con cuentagotas) seguidas de un elogio proporcional al error que les estás corrigiendo, nunca diciendo claramente lo que piensas sino dando un rodeo para sondear la aceptación de lo que pretendes decir... etc, etc, etc.

El mianzi es como un baile delicado y sutil, donde ellos son profesionales y tú intentas bailar lo mejor que puedes con unos zuecos de madera. Y si queréis algunos trucos, os puedo enseñar unos cuantos pasos:
  1. Niega todos los elogios que te hagan. No como mi amigo Ilan que sonríe y asiente cuando le dicen que es el mejor en algo.
  2. Nunca rechaces un regalo. Y mi estómago es testigo de todo el te amargo y dulces-de-najing-con-sabor-a-polovorón-de-pasas-concentrado que he tenido que ingerir para que los chinitos no perdieran cara.
  3. Nunca contradigas a alguien en público. Incluso si afirma con vehemencia que la trilogía de Matrix no vale una castaña.
  4. No les pidas que te hagan una crítica sobre algo. Porque siempre te dirán que lo tuyo es maravilloso.
Para finalizar, os diré que juego con un poco de ventaja (los que me conocéis sabéis lo diplomático que puedo llegar a ser) y, para qué mentir, me gusta jugar. Así que al final conseguí que una de mis compañeras de curro me desvelara uno de los secretos mejores guardados.

Tony: Has hecho un buen trabajo!
Ella: No... (se tapa la cara)
Tony: Sí, es cierto! Y cuando haces una buena presentación, hay que decirlo
Ella: No es verdad, me ha salido mal
Tony: Nada, no vamos a discutir, lo has hecho muy bien. Enhorabuena
Ella: .... jeje... bueno pero, ya sabes, no está bien que aceptemos elogios. A los chinos no les gusta ser elogiados.

Entonces, me quedé callado mirándola con cara de "me estás mitieeendo", sonriendo un poco y ladeando la cabeza. Y entonces, miró para los lados, se acercó más y me dijo en voz baja:


Pero en el fondo, nos gusta. Mucho.

Zas! Ahí lo tenéis. Costó, pero lo conseguí. Y va a ser duro ir rompiendo este concepto de "cara". Sobre todo si se la tengo que romper a todos los de la oficina :D.

Saludos!