Buenas!
Ahora que puedo acceder al blog (y sin embargo mi contacto con Internet siguen siendo preciados momentos que ocurren una vez cada dos días), os contaré cómo fue el trayecto de ida ;).
Viajé con Jorge, un Ingeniero técnico aeronáutico de Madrid. Muy majo, me ayudó mucho con todo el papeleo del visado y demás. Antes de salir de barajas, fuimos los dos a cambiar euros por yuanes. El cambio fue un poco robo. pero necesitábamos dinero chino para pagar el hotel a la llegada. Nos atendió coque, el de "La que se avecina" (si no era él, era su hermano xD). Con el dinero en nuestras manos, nos despedimos de nuestras familias y nos subimos al avión. Esta vez, no hubo que correr, ni montar guardia en la puerta de embarque, ni pegarse/insultarse con la gente por los asientos como ocurre con Ryanair, estaban numerados ;).
Nos permitían llevar 23Kg de equipaje en la maleta y 10 en la mochila. Yo llevé 18 y 6,5. Si hacemos cuentas:
(23-18)+(10-6.5) = 8.5Kg que me ahorré de peso a cambio de sonreír como un pimpín sin enterarme de nada cada vez que voy a la tiendas a buscar lo que no me llevé. En fin, aprenderé a espabilarme con el chino.
Volamos con Aeroflot, una aerolínea rusa. La verdad es que me esperaba que fuese todo más cutre, pero al final resultó que aún se lo curraban. Un poco :D. El itinerario fue el siguiente:
Madrid (23.15) => Moscú (06.00 hora local) [El vuelo duró 5 horas]
Escala 4 horas en Moscú
Moscú (10.00) => Shanghai (23.15 hora local) [El vuelo duró 9 horas]
Es decir, 14 horazas de avión. Pero bueno, todos los que me conocéis ya os imagináis lo que pasó: dormí. Me despertaba cuando nos traían la comida y después hacía como que era intelectual y leía un poco en el avión, pero me acababa durmiendo de nuevo. Intenté ver la película de imitación china de Tom y Jerry. Nada.
Como anécdota, os contaré que me hice amigo del niño de dos años que se sentaba delante de mí en el primer vuelo. Era rubito, ruso y sonreía mucho. Nuestra amistad consistió en que yo le saqué la lengua, el me sacó la suya y su padre se sacó la mano del bolsillo y le arreó un guantazo gritando "TRASPRATROFFVIA". Así que me guardé muy mucho de hacerle algo más y desencadenar la ira de la bestia de la madre patria.
En cuanto al aeropuerto de Moscú, como dijo Jorge: "Es un centro comercial enorme, pero en vez de coches en los parkings, hay aviones". Y tiene toda la razón. Nos costó al menos 20 min cruzarnos el aeropuerto de sarapova (así es como decidimos llamarlo), donde vimos azafatas rusas, gente fumando everywhere, chinos durmiendo por el suelo y asiáticos hipsters con sus Galaxy SIII y sus gallumbos de
El vuelo de Moscú-Shanghai fue ligeramente diferente. Ahora estábamos rodeados de chinos. Dormí, desayuné, dormí y cené. En los ratos que comía podía a ver a los chinos, todos monos comiendo con tenedores xD. Una de las veces, mi almohada se empezó a mover y la retiré para acabar descubriendo que el chino de detrás estaba moviendo los pies asomados en MIS apoya-brazos al ritmo de su iPod. Al final decidí no pellizcarle, para evitar que todo el avión se pusiera de su parte en plan Richard.
El control de inmigración duró unos 3 minutos, de los cuales 2 de ellos la china de la oficina estuvo desplazando su vista del pasaporte a mi cara, y de mi cara al pasaporte. Yo sonreía, tratando de poner la cara de sueño de aquella mañana de Junio del 2008 cuando me sacaron la foto del pasaporte. Le dije "soy yo :D" (es español, total el inglés tampoco lo entienden), pero me mandó callar.
Y nada, llegamos al albergue en taxi. Nos intentó cobrar 100 yuanes, y le dijimos que 50. Probablemente costase 25. Una vez allí, dimos la misión por cumplida y nos fuimos a dormir :). Fue un día largo y cansado, pero finalmente habíamos llegado a Shanghai.